Uno de los momentos más duros en la vida es perder a un familiar cercano, a la pareja o a un amigo.

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Aunque es obvio que aparezca la pena, muchas veces aparecen también la rabia o la culpa, y los más cercanos no saben qué decir para ayudar.

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Un proceso psicoterapéutico da el espacio y el tiempo suficientes para que las personas puedan vivir su dolor y, con paciencia, abre los caminos para que la vida pueda seguir.

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Es importante aclarar que el duelo no refiere sólo a la muerte de una persona, sino que a cualquier término definitivo de una relación cercana.