¿Depresión Endógena?
Muchas veces, tanto en mi consulta como en este sitio, me preguntan por la depresión endógena. Es un término que se utiliza para designar aquella depresión que no es causada por factores externos (como la así llamada depresión exógena o reactiva), sino que es causada por factores internos de la persona, es decir, de su biología.
Sin embargo, hay que ser cuidadosos con esta distinción. La investigación reciente muestra que la probabilidad de que una persona diagnosticada con depresión endógena haya tenido una experiencia negativa antes del episodio depresivo es estadísticamente igual a la de una persona con depresión reactiva. Al mismo tiempo, la eficacia de la terapia con fármacos no muestra tampoco una diferencia en su efectividad entre pacientes diagnosticados con depresión endógena y con depresión reactiva.
Reflejo de las investigaciones recientes es que en el DSM-V, el manual utilizado en gran parte del mundo para realizar diagnósticos, la palabra ‘endógena’ aparece sólo dos veces en sus 492 páginas, y ambas haciendo referencia al pasado de nuestra disciplina.
En mi opinión y la de muchos investigadores actuales, es más útil diferenciar entre un episodio depresivo, que puede ocurrir en la vida de muchas personas y que puede ser trabajado sólo con psicoterapia, y una melancolía, de carácter crónico y que en la mayoría de las veces necesita de un apoyo farmacológico.
Ambos pueden tener componentes biológicos e históricos, por lo que hablar de endógeno y exógeno se vuelve irrelevante.
¿Para qué diagnosticamos? Para saber el tratamiento que más ayudará al paciente, dada la causa específica de su problema. Como psicólogo y psicoanalista, entiendo la diferencia entre la depresión típica y una melancolía como una diferencia en la causa histórica (o causas) que las producen, en interacción con la personalidad del paciente. La explicación de esta diferencia escapa el alcance de este artículo, pero me gustaría dejarlos con dos ideas:
1. No hay depresión que dependa sólo de factores biológicos. En algunos casos puede ser tranquilizador pensar que no depende en la mínima parte de nuestra historia, de lo que decidimos hacer con nuestro presente y nuestro futuro, pero no es así.
2. En algunas depresiones, llamadas por algunos melancolías, el complemento de fármacos a una psicoterapia es fundamental, pero eso no significa que curando cierto “desbalance químico” la depresión desaparecerá. Será el trabajo personal, sobre la propia vida, la clave en el alivio de los síntomas.
Como individuos, la responsabilidad sigue en nuestras manos. La responsabilidad de pedir ayuda, de trabajar en psicoterapia (no sólo “calentar la banca”), de tomar las decisiones que nos alejen de aquellos factores que han causado la depresión, y caminar hacia aquellos factores que nos protegerán de ella.
Después de diez años trabajando con pacientes puedo asegurarlo. Está en sus manos el cambio. Que palabras como endógeno no los confundan.
Ustedes pueden cambiar.